Con decisiones correctas e inversiones en tecnología y genética, el productor argentino impulsó el negocio ganadero familiar.
Una buena planificación puede marcar la diferencia para mejorar los resultados en el ciclo completo de la producción de carne. El uso de la tecnología para mantener las tasas de reproducción en niveles altos es, sin duda, una necesidad en la cría de ganado bovino, y el productor que logra realizar esta tarea con éxito mejora su productividad.
En Argentina, un productor ha apostado por la inseminación artificial para mejorar su rodeo usando genética probada Angus de ABS, con excelentes resultados. Además de la inseminación, el ganadero está invirtiendo en tecnología genómica en algunos animales, una acción que ha contribuido a facilitar y anticipar la toma de decisiones.
El productor y médico veterinario Guillermo A. Mackrey maneja las 400 vacas de la Cabaña El Cerro, ubicada en Balcarce en el sureste de la provincia de Buenos Aires. El representa a la generación actual de una empresa familiar establecida en la región en 1964, y explica que la empresa logró mantener el éxito gracias a sostener, a través del tiempo, la dirección correcta.
“Al principio, importamos animales y embriones Angus desde Estados Unidos para acelerar el proceso de mejoramiento genético de nuestra cabaña. Siempre usamos genética americana, intentando obtener los mejores productos para toda la cadena de la carne. Hoy, alrededor de 85 a 90 vacas y vaquillonas son de pedigrí, y hace unos años comenzamos a usar genética ABS, particularmente, el toro Emblazon 999, que nos dio los mejores resultados del año pasado”, comenta.
Los resultados obtenidos con ABS son tan positivos que Guillermo pronto decidió invertir más en los toros de la compañía. El año pasado, continuamos trabajando con toros como Substantial y Rainmaster. “Estamos buscando incorporar al rodeo: facilidad de parto, buen peso al destete, buen peso al año, docilidad, con tamaño adulto moderado y calidad de carne, sin descuidar del fenotipo. Todo eso proyectamos incorporarlo con los toros probados de alto nivel genético de ABS”, comenta Mauro Morello, de ABS Argentina.
La próxima inseminación, prevista para Junio de este año, contará con la genética de Hickok y Stellar, otros dos toros Angus de la batería de ABS. “Hickok es un toro que se ha destacado en los últimos catálogos, consolidando excelentes números (DEP´s). Stellar, aportará más consistencia a nuestro programa, dado que es un hijo de Substantial, que ya usamos”, explica Guillermo.
La calidad de la genética seleccionada tiene como uno de los resultados más evidentes la homogeneidad del rodeo. Para el productor, la coherencia del patrón racial ayuda a aumentar la rentabilidad de la cabaña en su conjunto. “En las últimas inseminaciones, alcanzamos una tasa de preñez del 85% con la IATF. Todavía tenemos la intención de mejorar algunas características y números del rodeo, pero estamos muy satisfechos con este rendimiento reproductivo”, revela.
A veces es necesario tomar decisiones audaces que van en contra del camino ya conocido; por ejemplo, después de 30 años de inversiones en transferencia de embriones, Guillermo decidió centrarse por completo en la inseminación artificial de tiempo fijo (IATF), sustentado en los resultados logrados en su empresa.
“Recientemente, también comenzamos a apostar por la genómica. Con cada generación, nuestro plantel se está volviendo más homogéneo y, con los animales genotipados, podemos confirmar los excelentes resultados logrados en algunos aspectos, por ejemplo: peso al destete, permitiéndonos detectar dónde aún necesitamos mejorar, en nuestro caso, docilidad y peso al nacer. Estas son características que guían la elección de los criadores”, describe el ganadero.
Continuando con la actividad familiar que ahora ha alcanzado casi 60 años, Guillermo apuesta por la tecnología y la genética ABS para desarrollar un rodeo cada vez más homogéneo y diferenciado, sin perder el enfoque y el objetivo principal: la venta de reproductores y hembras.